viernes, 27 de febrero de 2015

Reseña: La atalaya de los dioses (Rafael Lara Sánchez)

La atalaya de los dioses





Año 1212. Los Reyes cristianos se preparan para la mayor batalla conocida contra los almohades. Dos ejércitos de más de cien mil soldados se enfrentarán en los desfiladeros que separan Castilla de Al-Ándalus. Dos hombres y una mujer; Don Pedro de Lara y Don Andrés de Olitz, espadas de reyes y azote de obispos y Nadia, conocida como Isabel y sobrina del líder sarraceno, intentarán parar la inevitable tragedia que postrará a miles de hombres ante los pies de sus dioses, y en nombre de ellos se aniquilarán.
Don Pedro y sus hombres se enfrentarán a las luchas internas cristianas, al poder de los obispos, a las venganzas pendientes y a la entrada en juego de un tercer contendiente. Una historia que narra la lealtad de un grupo, la amistad y un amor condenado. Un relato veraz, crudo y sangriento que no termina tras la batalla de las Navas. Todos somos peones en manos de un grupo de dioses que nos observan y manipulan desde su gran Atalaya.

Mi opinión:

Este libro llegó a mis manos en la primera quedada del grupo "Cotorras madrileñas", gracias a un sorteo que se realizó al finalizar el evento.
Al principio, cuando leí el argumento pensé: ¿y qué hace un libro puramente histórico en un grupo de romántica? Nunca llegué a contestarme pero, la verdad, fue una gran oportunidad para volver a mis raíces de lectura "no romántica".
Hacía mucho que no leía nada así. De hecho, creo que el último libro remotamente parecido fue "La judía de Toledo" y de eso, hace ya años. Por eso mismo, cogí el libro con muchas, muchas ganas.
¿Me decepcionó? Para nada. 
Pero empecemos por el principio. Lo primero, decir que la portada es terriblemente acertada, no solo por las pinceladas que nos da la sipnosis sino porque acierta plenamente con la trama de la historia. Para resumir: año mil doscientos doce, en plena reconquista de la península. Don Pedro de Lara y Don Andrés, dos caballeros al servicio de la corona, viven de batalla en batalla, de lucha en lucha. Sin embargo, en las guerras poco se ve el honor y será el fin de éste lo que dará a inicio a la historia. Hablamos de lo que, en un principio será el hilo conductor, la venganza de Don Andrés. Como no quiero hacer spoiler dejaré en la sombra lo que ocurre, pero sí haré mención a la crudeza de ese inicio.
Páginas después, este hilo conductor nos llevará a conocer más sobre don Pedro y sobre don Andrés, (sobre los que se cimentarán los pilares del resto del libro), y de las motivaciones personales de cada uno. Porque, ¿qué lleva a dos hombres a la lucha desesperada contra los infieles? A uno, la venganza, como ya hemos dicho. El otro, el honor y... sí, el amor. También la religión... o el odio hacia las mismas.
Como ya habréis notado, "la atalaya de los dioses" es la historia de una batalla. Una física y horrible, otra más personal y horrible aún. Y, sin embargo, es hermosa. Complicadamente hermosa. Horriblemente realista. Y no hablo solo de los detalles históricos, que son muchos, sino de la calidad y veracidad de las escenas. Hablo de diálogos, de descripciones, de escenas íntegras que te hacen meterte en el papel.
De la historia no hablaré más, porque como he dicho antes, no quiero hacer spoiler (porque tenéis que leerla) pero sí haré especial hincapié en los valores de la novela: amistad, honor, pasión, miedo. Todos ellos retratados a la perfección por la pluma de Rafael. 
Sí es cierto que, a veces, es complicado seguirla (para mi gusto, frases demasiado largas, demasiado recargadas) pero página tras página consigues hacerte a ella y de hecho, terminas por disfrutar su manera de narras. Creo que esto es, precisamente, lo que menos me ha gustado de la novela eso y quizá, que no hubiera más escenas entre don Pedro e Isabel. Por lo demás, sinceramente, he salido bastante contenta. 
¿Qué más podría decir de esta novela?
Hay muchas cosas de la trama que me dejo atrás, momentos que quizá fueran divertidos de comentar, pero que me limito a mascullar hasta que os la terminéis. Haré solo una mención a dos personajes: Ari y Jaime, al que conoceréis bajo otro nombre. Estos dos personajes, aunque secundarios, le dan a la historia un punto curioso de misterio, que os tendrá con la mente dando vueltas. 
Podría hablar largo y tendido sobre los dos personajes principales, pero eso sería daros demasiada información sobre el resto del libro, así que me limitaré a decir que sí, que me gustaron, a cada cuál mucho más. 

En definitiva, una novela que me ha gustado mucho y que me ha hecho rememorar mi gusto por la novela histórica pura... aunque haya deseado matar a su autor. Sin embargo, y parafraseando a Rafael, solo diré una cosa:
"A veces la realidad supera a la ficción"

Escena favorita:

Pues, la verdad, es que hay varias. Primero, todas en las que salen don Pedro e Isabel juntos (sí, soy una romántica empedernida) y, por otro lado, cuando se descubre el motivo del título del libro. Me pareció una escena muy acertada.

¿Dónde podemos comprarlo? 


Podéis comprarlo en la página de su editorial. ¡Justo aquí


lunes, 23 de febrero de 2015

Música que inspira palabras 4

Hoy, tenía que hacer esta entrada. Sí, así, tenía que hacerla.
Imagino que os preguntaréis por qué, si con entradas como ésta no aporto nada, pero... hay veces que la música ayuda mucho más de lo que pensamos. Nos alegra, nos inspira, nos entristece.
En concreto, la canción que os voy a poner hoy... ha despertado en mi el romanticismo más puro, de ese que nos lleva a hacer locuras. Porque, ¿qué hay mejor que el saberse enamorado? ¿Importan las peleas, los malentendidos? ¿O nos quedamos más con los buenos momentos?
Yo me quedo con estos últimos, así que... os dejo con esta canción que, espero, os guste.

PD: Sí, esta canción pertenece a la banda sonora de "La muñeca tatuada".




sábado, 21 de febrero de 2015

Reseña: La decisión del alma (Arman Lourenço Trindade)

La decisión del alma


Laia recibe la noticia de que su padre la ha prometido a Druso, un hombre terrible y cruel. Intenta convencerlo para que anule el compromiso, pero él se niega. Desesperada y sola, decide poner tierra de por medio y para ello, no duda en huir detrás de Marlock y sus hombres, guerreros experimentados, con la esperanza de poder pasar desapercibida hasta encontrar un lugar en el que se sienta segura. Durante el viaje más importante de su vida, su corazón se dividirá en dos, y por primera vez experimentará lo que es el verdadero amor, la pasión y unos sentimientos de desbordarán su cuerpo, pero se ha enamorado de dos hombres completamente diferentes. ¿Cómo lo superará sin destruirse a ella misma ni a los hombres a los que más ama?
La decisión del alma es una novela romántica con toques fantásticos, donde los sentimientos más fuertes y poderosos se mezclan con la lealtad y el deber. Una historia llena de aventuras, amor, pasión, amistad, guerras, traiciones y unos personajes maravillosos.

Mi opinión:

Esta es la segunda novela que leo de Arman y, como siempre, no me ha decepcionado, aunque sí sorprendido. Este cambio de registro ha sido toda una novedad y aunque al principio tenía mis dudas... reconozco que he quedado muy satisfecha.
La decisión del alma habla precisamente de eso, de una encrucijada, de un obstáculo que salvar y que determinará por completo la vida de Laia, la protagonista. 
Pero... empecemos desde el principio, ¿os parece? 
Como bien dice en la sinopsis, Laia está obligada a casarse con Druso, "El terrible", un hombre del que corren rumores horribles y con el que nadie quiere juntarse. Sin embargo, el origen secreto de Laia determinará este matrimonio (ya veréis por qué) y sentenciará todo el libro, ya que, al enterarse de la decisión de su padre, Laia huirá tras un grupo de guerreros. 

"¡Por favor, Marlock! Te lo suplico. No tengo a nadie más a quien acudir, no supondría una carga para ti, lo juro." 


En este grupo de guerreros, conocerá a Eridion, un elfo que le robará el corazón de manera inmediata y que será la primera punta de un triángulo amoroso que tendrá a las lectoras completamente en vilo. La segunda punta llegará poco después, en el reino de Meridion, lugar donde Laia se refugiará del continuo acoso de Druso y de su padre. Eliseo, el hijo del rey, también verá en la dulce Laia a la mujer de su vida.
Como podéis ver, la trama ya está desplegada y con ella, un montón de incógnitas que serán resueltas a medida que la lectura avance. ¿Cuál es el origen de Laia? ¿La atrapará Druso? ¿Quién se hará con el corazón de la princesa? 

"¿Cómo es posible, Eridion?
¿El qué?
¿Cómo puedo amarlo a él con la misma intensidad y fuerza que te amo a ti?
Él sonrió"

Tras dejaros estas incógnitas (sí, soy malvada), voy a hablaros de sus protagonistas. 
Como era de esperar, voy a empezar por Laia... una mujer, sin duda, de armas tomar. A pesar de ser una princesa, Laia es toda una guerrera: fuerte, ágil, independiente y con las ideas muy claras. Sabe lo que quiere, sabe cómo tiene que hacerlo... y solo duda cuando su corazón se mete en medio. Un personaje femenino bien conseguido y trabajado.
Eridion también me ha gustado (mucho, de hecho) y me he enamorado de él en apenas unas páginas (es que los elfos...*_*). Callado, misterioso, místico y extremadamente romántico, aunque serio y digno. Es, por supuesto, todo lo contrario a Eliseo.
Finalmente, hablaré de este príncipe. Como era de esperar, no tiene la belleza clásica de los elfos, pero sí de los humanos: fuerte, robusto, viril. Y tremendamente cabezota. (Preguntádselo a Laia, si no) Quizá sea, precisamente, este rasgo el que más me ha gustado de él, aparte de su arrojo y valentía.

En definitiva, Arman ha sabido llevar una maravillosa historia de amor por el reino de la fantasía. Su pluma, como siempre, es delicada y ágil, aunque sí es cierto que me faltaron alguna que otra descripción y que considero que, a veces, la narración es demasiado precipitada y rápida. Es sobre todo al principio pero después, conforme avanzas en la lectura, todo se va asentando y se torna mucho más agradable. También es cierto que hubo ciertas escenas que no me terminaron de convencer (soy muy tiquismiquis en cuestión de fantasía y/o batallas), pero eso no hace que la historia empeore, ni mucho menos.
En cuanto al final... sí, me ha gustado. Pero quizá, y solo quizá hubiera elegido de manera diferente... o quizá no. ¿Quién sabe? 

Como digo, si queréis una novela fantástica-romántica, esta es, sin duda, una muy buena elección.

Escena favorita:

Sin duda alguna, la última escena con Eridion. Es tan, tan bonita... *_*

¿Dónde podemos comprarla?

Como siempre, en amazon. ¡¡Justo aquí!! 





miércoles, 18 de febrero de 2015

Seguimos cumpliendo sueños

Y es así, aunque haya gente que no se lo crea.

Para mí, la primera megaquedada de "Locas por la lectura" fue precisamente eso, un sueño, uno que no esperaba que se realizara... y que, al final, fue apoteósico.
¿Qué podría decir que no haya dicho ya? Me sentí arropada, querida... y eso que gran parte de las muchachas que estaban allí no habían oído hablar de mí en mi vida. Aun así, todas tuvieron una palabra amable, un comentario amistoso, un gesto de cariño. ¿Cómo no sentirse bien?


Para una escritora novel como yo, son estos eventos los que marcan la diferencia entre el día a día y un día maravilloso. ¿Quién podría pensar que iba a ser invitada a un evento con tantas autoras grandes? Verlas allí, tan cerca, tan reales y maravillosas, me hizo darme cuenta de que tal vez, y solo tal vez, no fuera tan pequeña como me creo. (Que lo soy, que conste, pero, a veces, me gusta pensar que he crecido un poco :D) 
¿Qué más podría deciros? Ah, claro... los encuentros. ¡Qué ilusión!


Con Eugenia Torres

¿Nunca os ha pasado eso de hablar con gente durante horas por facebook y no ponerles cara? Pues eso me pasó a mi con un montón de ellas. Ahora, imaginad si alguna de ellas fue quien te animó a publicar por primera vez. U otra fue el primer comentario de tu primera novela. Esos momentos son increíbles e inolvidables, porque sería algo imposible de olvidar.
Por eso, me gustaría agradecer el evento no solo a sus organizadoras, sino también a esas personas que estuvieron conmigo, que me arroparon, que me quitaron los nervios y a las que, por supuesto, quiero. ¡Gracias, a todas!

Con mi chica del palo *_*


Con Aida Cogollor


Con Estefanía Yepes e Iria Blake


Con Arman Lourenço :D


Y una vez más... ¡¡gracias a todas!! 





domingo, 15 de febrero de 2015

Música que inspira palabras 3

¡Hola a tod@s!

Hacía mucho que tocaba esta sección, aunque he acumulado bastantes canciones a lo largo del tiempo... por eso, precisamente, estoy aquí. 
Últimamente ando enfrascada en una nueva novela, una que no tiene nada que ver con la regencia... pero sí con el amor. Sin embargo, puedo decir que éste amor no es fácil... pues está lleno de melancolía, de tristeza y de una extraña oscuridad. 
¿Qué música podría hacer de marco para una historia así? ¿Cómo inspirar esa melancolía y desazón?
Bueno... para algunos es más fácil que para otros. Algunos tienden a escoger letras tristes y otros, simplemente melodías. Pues yo... en fin, digamos que soy un tanto desastrosa y que siempre tiro a lo más complicado: letra y música. 
Con este tema he llorado, he suspirado y he conseguido arrancar de mis dedos las más hermosas palabras y sentimientos. De momento, es el tema clave de "La muñeca tatuada", mi nueva novela.

¿Queréis disfrutarla? 




jueves, 12 de febrero de 2015

Reseña: El rescate (Julie Garwood)

El rescate




El secuestro de un niño escocés por el despótico barón Alford dará alas a lady Gillian para huir de las tierras y el castillo que el tirano había usurpado a su padre. Aunque salvar la vida del niño era una prioridad, recuperar un misterioso cofre perteneciente al rey de Inglaterra constituye un objetivo esencial en su vida. Para ello debía poner rumbo enseguida a las siempre míticas Highlands de Escocia e integrarse en el clan de los Maitland, capitaneados por el orgulloso Brodick Buchanan. 

Mi opinión:

¡Menuda maravilla de libro!
Así, tal cual... me ha parecido una preciosidad, uno de esos libros que no pueden dejar de leerse y que, quizá, todas las lectoras de romántica deberían adquirir.
Pero, ey, empecemos por el principio que si no...
Esta historia nos habla de la valentía y el arrojo de lady Gillian, una mujer que ha soportado un pasado cruel y lleno de malas momentos... casi todos provocados por el barón Alford, un hombre que solo piensa en sí mismo, sin importarle nada más. Por su culpa, Gillian deberá abandonar la casa de su padre y a su hermana, Christen. También, se verá obligada a buscar el tesoro de Arianna para salvar a su tío Morgan.
Hasta aquí, el inicio de la historia. Después se complicará con el secuestro de Alec, el hijo de un laird, y con su propia marcha, propiciada por el barón Alford, que necesita, desesperadamente, encontrar dicho tesoro. ¿Por qué? Se descubrirá en el final del libro, así que no voy a contar nada. 
En este viaje, Gillian, que es una mujer de armas tomar, descubrirá el valor de la amistad, aunque ésta sea con un niño, del valor y, sobre todo, del honor. (Y de la paciencia...)

"-¿Por qué no podéis mirar hacia abajo?- preguntó el niño, mientras se arrastraba hasta el borde para atisbar el precipicio.
El pequeño se había situado en un punto ciertamente peligroso, por lo que Gillian lo agarró de los tobillos en un gesto compulsivo para arrastrarlo hacia dentro.
-¡No hagas eso!" 

Su misión será llevar a Alec a su casa, junto a los Maitland, su clan, y de ahí, buscar ayuda para encontrar a su hermana y a la caja que asegurará la vida de su tío. Sin embargo, algo que parecía sencillo en el principio, se complica cuando conoce a Brodick y a su clan, los Buchanan que, en cierta manera... se apropian de ella. 
Este encontronazo cambiará el mundo de ambos y hará que sus sueños y misiones se compliquen hasta límites insospechados. Evidentemente, mucha culpa de esto será la pasión arrolladora que nazca entre ellos... y el amor, que a veces, nos impide ver. 

"El hombre todavía no había puesto un pie dentro de la iglesia, pero ella ya temblaba de pies a cabeza. Su tamaño impedía que entrara la luz del sol, aunque envolviendo su silueta refulgían rayos de luz dorada que le daban una apariencia etérea" 

La historia de amor merece muchísimo la pena. Es suave, lenta y sencilla, y eso hace de ella algo inolvidable y perecedero. Sin duda, hacía mucho, mucho tiempo, que no me encontraba con tantos sentimientos juntos, con tantas buenas vibraciones. No es un amor complicado, como ya he dicho, pero contiene mucha magia, sin duda, gracias a sus personajes y a la maravillosa narración de esta autora.
En cuanto a los protagonistas... hay demasiados como para ir uno por uno, pero sí que haré mención a los dos más importantes: Gillian y Brodick.
Lady Gillian es fantástica. Joven, guapa, de ideas claras y con un fuerte compromiso con su familia. Será su cabezonería y su deseo de ayudar lo que la embarcará en esta aventura, aunque ni ella misma sabe cómo va a terminar.
En cambio, Brodick... ah, qué hombre. Un guerrero de la cabeza a los pies, tanto en una lucha como en terreno sentimental. Sin duda, es un sueño (ya veréis, ya) que a todas nos gustaría vivir. 

En definitiva, es una novela de 10. Lo tiene todo: misterio, aventuras, amor, desamor, pasión y un final genial. Para mí, resaca literaria, de verdad.

Escena favorita:

¿Cómo escoger solo una? 


¿Dónde podemos encontrarla? 


Esta vez, cambiamos de sitio y nos vamos...a la casa del libro. ¡Justo aquí

domingo, 8 de febrero de 2015

#Reto 2 (Realismo) La picardía de la música

Seguimos con los retos de FJE, el foro al que soy adicta. Hoy, nos metemos de lleno en la historia... y en la música.
¡Espero que os guste!

#Reto 2 

Pautas: 

El reto consiste en escribir  un relato que recree algún momento de la vida de Jospeh Haydn, ya sea de su infancia, sus años como sirviente, su visita a Londres... pero no a modo de biografía, sino como un relato. También hay que hacer referencia a alguna de sus composiciones.


La picardía de la música 




La música resonaba por la sala con intensidad. Cada compás, cada instante, cada nota, reverberaba por la habitación, con tanta fuerza y hermosura que todo se estremecía bajo su lenta caricia. Incluso cuando ésta se tornaba más brusca y violenta, se veía la belleza implícita en cada movimiento. Era fascinante, como solo Mozart podía serlo y como solo él mismo podía verle. Quizá otro, más necio y estúpido, menos sabio y más arrogante pudiera verlo de otra manera. No así él, que agradecía profundamente el momento en que ambos caminos se encontraron.
Haydn sonrió, aún desde la puerta. No la cerró tras él, como acostumbraba, sino que se quedó en el marco, absorto en lo que oía y sin ánimo alguno de interrumpirle. Solo cuando, diez minutos después, la música se deshizo en dulces volutas, cerró la puerta.
—No sé si darte los buenos días o, directamente, la enhorabuena —saludó, con una sonrisa breve, que fue correspondida por una estentórea carcajada. Después se acercó a él y le estrechó la mano con fuerza, como hacían cada mañana al verse.
— Un poco de ambas y mi mañana será perfecta —contestó, burlonamente, mientras anotaba en la partitura otro conjunto de semicorcheas que, bajo la mirada de alguien que había convertido su piano en amante, parecían absurdamente fáciles.
—Un poco... sencilla, ¿no crees? —Haydn se sentó junto a él, utilizando el escaso espacio disponible para coger la partitura cómodamente. Le dio un codazo para apartarle, escuchó su gemido ahogado y sonrió, muy complacido consigo mismo—. Es muy bonita al oído,pero, amigo... como descubran la partitura estás perdido. Esto parecen los desvaríos de un criajo de teta. No tiene complicación técnica ni...
—¿Le nozze di Figaro, sencilla? —barbotó, incrédulo. Acto seguido y movido por la más profunda indignación, le arrancó la partitura de las manos para acunarlas contra su pecho, como un padre primerizo que protege su creación—. ¿Y qué me dices de ti? Tú última... melodía, si se le puede llamar así, tampoco era gran cosa.
Escuchó su respuesta con una sonrisa ladeada que, de ser de otra manera, se hubiera tornado en carcajada desde el primer momento. Ver allí, frente a él, la incomodidad y el desconsuelo de uno de los grandes músicos del momento, se le antojaba gracioso y absurdo, más aún teniendo en cuenta de que solo había sido una broma. Precisamente por eso, ahondó más en la herida. Por mera diversión.
—Ah, Wolfy... —Haydn sonrió al ver cómo se tensaba al reconocer el apodo por el que su madre, muy cariñosamente, le llamaba—. Esto no puede considerarse, ni en tus sueños, algo tan complejo como La reina, que, como sabes, es mi octogésima quinta sinfonía. Quizá deberías aprender de mí —continuó, burlonamente.
Mozart se levantó, airado, y guardó las partituras en una carpeta que yacía abandonada sobre el negro del piano. Después se giró hacia su amigo, insolentemente, con un brillo en la mirada que desprendía fuerza, determinación. Como si la forma de una idea hubiera anidado en él durante mucho tiempo y  hubiera elegido ese preciso instante para despertar.
—Bien —musitó, con su cadente y tranquila voz, ahora convertida en una confusa y dulce amenaza—. Puede que tengas razón y que tenga que dedicarme a hacer cosas mucho más serias. Precisamente por eso, amigo... —remarcó esa única palabra con fuerza, hasta que la sonrisa de Haydn se amplió mucho más, subrayando también ese gesto burlón tan característico de esa mañana—. Tengo algo que puede gustarte. Algo que, para tus habilidades maestras, debe ser mortalmente sencillo. Pero¿qué se le va a hacer? No todos podemos dedicarnos a la música, ¿verdad, Joseph?
—Completamente de acuerdo. Wolfy.
El silencio pareció caer como una tormenta de primavera: violento, tenso, expectante. Durante lo que parecieron horas, y que solo fueron unos segundos, se vio el reto plasmado en cada mirada, en cada nimio gesto. Se palpó la rivalidad latente, la superioridad del ego por encima de otros sentimientos más brillantes.
Fue el dulce sonido de las hojas al ser removidas lo que se impuso a ese silencio. Una nueva partitura, sin nombre, sin atención, reposó sobre el atril de madera que soportaba el resto de melodías.
No se necesitó de más palabras, ni de más impulsos que llevaran a tocar, a probar y demostrar, pues los ágiles dedos del pianista se apoyaron sobre las teclas, dulcemente. El sonido brotó con intensidad, con la fuerza de la magia que llevaba implícita en cada movimiento. La música resonó de nuevo, llenando cada rincón de notas que se esparcían con maestría y sencillez. Con demasiada sencillez.
Haydn sonrió a cada compás, a cada giro que solventaban sus bien entrenados dedos. Cada nota era una burla para su intelecto, para su afán de mejorar pues no había reto en ellas, ni en esa página tan pulcramente creada. Tras él, a pocos metros, Mozart sonreía con bravuconería, expectante de un final que no tardaría en llegar.
La primera página del libreto terminó con la excelencia brindada por los dedos ajenos a su creador. Y fue entonces, con el inicio de un nuevo compás  que nacía de la tinta, cuando Haydn descubrió un nuevo nivel de técnica. Sonrió, complacido, y dejó que sus manos volaran por las teclas blancas, con rapidez, con soltura, a pesar de los giros repentinos de la melodía. Paso a paso, lenta y deliciosamente, la melodía creció y se expandió, al ritmo vertiginoso que las notas requerían.
Una gota de sudor resbaló por la mejilla de quien tocaba, breve indicio de que el reto era eso, una complicación y no solo una broma de quien, hasta ese momento, creía su amigo. Maldito momento y maldita jugada.
Otra página cayó, rápidamente y con brusquedad. La música ahora era intrépida, brusca y lleno de movimientos imposibles que solo alguien con años de práctica a la espalda podía salvar. Ahora a la derecha, ahora a la izquierda, ahora semicorcheas en agudo y un acorde de blancas en grave. Un silencio, un movimiento lento... y otra vez frenesí y locura. Otra vez problemas y delicia, de nuevo disfrute demencial. Era mágico, sencillamente.
La breve e intensa sonrisa de Mozart, que se había movido hasta colocarse frente a él, le indicó que el final estaba cerca. Redobló sus esfuerzos con la naturalidad que el reto le otorgaba, sonrió precariamente y guió sus manos a ambos extremos: acorde a la derecha, acorde a la izquierda... y, de pronto, un obstáculo. Uno insalvable. Imposible. Una única nota, en mitad de la belleza del canon de gravedad y dulzura. Un solo la, inclemente, que no podía alcanzar y que, evitaba con su presencia, que terminara la composición. Su corazón, agitado, bailoteó cruelmente y le hizo gemir en su fuero interno. No iba a conseguirlo. Nadie podría, en realidad, pero eso no le daba ningún consuelo. ¡Maldita fuera la estupidez del compositor! ¿Cómo podía estropear una melodía como esa con un compás imposible de tocar?
La música terminó, bruscamente, con un golpe sobre las amargas teclas que chirriaron en protesta.
—¡Es imposible, Mozart! —estalló, incapaz de no hacerlo—. ¿Cómo has podido estropear una sinfonía tan condenadamente hermosa? Te creía inteligente, amigo mío, pero veo que me he equivocado.
Mozart sonrió aún más ampliamente, se acercó a él, le dio un amistoso golpe en el hombro y ocupó el lugar que acababa de abandonar, frente al piano. Después se humedeció los labios, volvió a la primera página y empezó a tocar, frente a la atónita mirada de Joseph. Como minutos antes, la música retomó su expansión por la sala, acostumbrada a sus arremetidas. La magia también regresó, como había hecho en manos de Haydn. Cada movimiento imitó la perfección, mientras el tiempo y las páginas pasaban inexorablemente.
De nuevo, su corazón se estremeció y latió al compás de las notas que vibraban con intensidad. Movimiento a derecha, movimiento a izquierda... y esa última y absurda nota que nadie había tocado nunca.  Vio a Mozart mover su mano al agudo, pulsarlo, abrazarlo, mientras el ronco sonido de las graves brillaba con fuerza. Y fue, en ese preciso instante, cuando vio que solo alguien como él podía ser tan increíblemente perfecto. Fue apenas un momento, pero esa nota que nadie quería tocar y que él, sencillamente, había sido incapaz de acariciar... fue tocada, culminando así la belleza de la  pieza.
—¿Y bien? —Mozart se giró, con una amplia sonrisa.
—Ignoraba que con la nariz también se pudiera tocar —siseó Haydn, consumido por la incredulidad, la ira y la más pura admiración—. ¿Puedes tocar con algo más, estúpido?
Mozart rompió a reír, sin poder evitarlo. Después se levantó, pasó un brazo sobre sus hombros y suspiró, teatralmente.
—Si te lo dijera, perdería mi magia.
—¿A eso le llamas magia? —Haydn sonrió, muy a su pesar. Había sido derrotado en su propio juego y, aunque le costara admitirlo, le gustaba.
—En realidad...no. Es algo  mucho más simple que eso. —Se detuvo, colocó la partitura con cuidado junto a las demás y cerró la tapa del piano—. A eso... le llamo picardía. La picardía de la música.
Y sonrió. Inevitablemente.








domingo, 1 de febrero de 2015

Reseña: El dragón de las Highlands (Kimberly Killion)

El dragón de las Highlands


Akira ha crecido casi como una vulgar campesina, ignorando su verdadero linaje. Sin embargo, ha gozado de una esmerada educación, costeada por un anónimo benefactor, Calin, el laird del clan McLeod. 
Akira es la piedra de toque de un ambicioso plan de venganza que debe traer la paz y la prosperidad a las Highlands, pero la desatada pasión que nace entre ambos acabará por amenazar la precaria estabilidad de Escocia.

Mi opinión:

Primera novela que leo de la autora y, aunque no ha estado mal, me ha dejado un poco fría. Si bien es cierto que adoro las novelas que hablan de las Highlands, he encontrado esta bastante simplona y no era lo que esperaba. Pero empecemos por el principio.
La historia comienza durante el nacimiento de Akira (curioso nombre para una escocesa, por cierto), en mitad de un salón y en mitad de una severa disputa entre su padre, el laird del clan Kinnon y el laird del clan McLeod. Sobre la mesa del salón, Lena, mujer del primero y amante del segundo, da a luz a la que va a ser su tercera hija. Sin embargo, la situación se descontrola debido al deseo férreo del laird Kinnon por tener un heredero varón, así que, al darse cuenta de que tiene otra hija, mata a Lena y después, a su amante, poco antes de ordenar que también maten a la pequeña. Hasta aquí, el inicio del libro. Sin embargo, como debía ser, alguien ve este fatal encuentro: Calin McLeod, hijo del laird asesinado, que se esconde en los pasadizos del castillo. Al ver a su padre asesinado junto a la mujer que ama, jura tomar venganza contra el clan y para ello, rescata a Akira de manos de la muerte y se la entrega a su mejor amigo, perteneciente a otro clan, no sin antes marcarla en el trasero con el anillo de su clan.
Años más tarde, Calin irá a buscarla y a reclamarla como esposa. Aquí es, cuando, realmente, empieza todo. A la llegada de Calin a casa de Kendrick (su mejor amigo), descubre que Akira ha sido secuestrada por dos miembros de su clan, así que corre a rescatarla. Cuando, por fin lo hace, descubrirá en ella a una mujer fuerte, educada y con un pasado desolador. Sin embargo, se verá atraído por ella casi de inmediato, pese a que juró no hacerlo. Ella, en cambio, verá en Calin no solo a su benefactor, sino un amigo y un amante.
En mi opinión, es una historia que podría haber dado mucho de sí, pero que la autora ha simplificado bastante. Con esto no quiero decir que la historia sea mala, ni mucho menos, ya que es cierto que hay pasajes realmente buenos y amenos (el momento de la barba es genial, por ejemplo), pero otros que son demasiado previsibles (no hay misterio en su relación salvo el "secreto" del linaje de Akira, ni siquiera se alargan los celos cuando Catriona aparece) y, realmente, lo único diferente en esta historia es la presencia fantasmal de Lena, de la que, sinceramente, me he quedado con ganas de mucho más.

"Se despertaba a menudo durante la noche oyendo ahogados gemidos de dolor
y gritos de bebés. Lena había embrujado las paredes del castillo Brycen, de eso estaba seguro.
Casi todas las habitaciones permanecían irritablemente frías, tan frías como
su traicionero corazón. Su perfume a lavanda era el único olor que no
apestaba en aquel lugar dejado de la mano de Dios. ¿Cómo podía la muy 
perra vivir todavía dentro de su cabeza?"


No obstante, sí he de decir que los personajes me han gustado, porque sí son diferentes a otros sobre los que he leído. Por ejemplo, él, Calin: un laird escocés que se aleja del tópico de hombre dominante y machista. Por el contrario, es bastante dulce, comprensivo y paciente. Ella, en cambio, sí se parece más a otros tópicos, ya que es la estereotipada mujer fuerte y decidida que lleva los pantalones en casa. De Akira, lo que más me ha gustado ha sido el hecho de que use su "marca de bruja" para sus propios fines. Ese es un puntazo a su favor, ya que me ha arrancado una sonrisa.
De los demás personajes, apenas se puede hablar, ni siquiera de los "malos", ya que aparecen poco y sus reacciones son previsibles. Doy un punto extra a Catriona y su habilidad para imitar voces ya que, con esa escena, he disfrutado muchísimo.

En definitiva, "El dragón de las Highlands" es una historia dulce, sin grandes pretensiones pero que, a las amantes del género les sacará más de una sonrisa y un suspiro. Si tienes ganas de una historia de amor sin apenas sobresaltos, ésta es una muy buena opción.


Escena favorita:

Sin duda, cualquiera de los momentos en los que están juntos. Me encanta la "docilidad" de él :D

¿Dónde podemos comprarla?

Como siempre, en amazon :D ¡Justo aquí