jueves, 14 de diciembre de 2017

Reseña: Seven days (I tomo) (Venio Tachibana y Rihito Takarai)

Seven days





Tôji Seryô es un popular alumno de primero conocido en el instituto por salir cada semana con una chica distinta. Acepta sin reservas a la primera que se lo pide los lunes, pero al llegar el domingo siempre decide cortar alegando que no ha conseguido enamorarse.

Yuzuru Shino es un guapísimo alumno de tercero que está cansado de que las chicas le declaren su amor pero quieran alejarse de él en cuanto empiezan a conocerlo de verdad.

Aquel lunes, cuando llegó al instituto, la primera persona a la que Seryô se encontró fue a Shino, quien, sin pensárselo dos veces, le pidió que saliera con él esa semana. Pero lo que comenzó casi como una broma fue tomando un cariz muy distinto conforme transcurrían aquellos siete días.

Mi opinión:

¡Siento haber tardado tantísimo en volver al blog! Pero he estado ocupadísima con el trabajo y, sinceramente, me olvidé por completo del blog. (Y eso que tengo una cantidad de reseñas pendientes que asusta) 
Pero bueno, hoy he decidido retomarlo poco a poco, así que voy a empezar con la reseña de un manga que compré hace un par de meses y que devoré en una tarde. (De hecho el otro día me compré el segundo tomo, que cierra la serie, para saber cómo continuaba).
Como sabéis, soy muy aficionada no solo a leer novelas si no también mangas, más aún si estos tienen una buena historia. Por eso, cuando leí la sinopsis de Seven days, no pude resistirme.

La historia es muy sencilla, es cierto, apenas esconde nada que no se vea en la sinopsis, pero es muy adictiva y, sobre todo, muy tierna. Efectivamente, es una historia de amor entre dos adolescentes, pero no es típica... al menos no hablando en términos de trama. Lo divertido de esta historia es, precisamente, que la manera de empezar a salir entre ellos no es la típica. Como dice la sinopsis, todo ocurre por culpa de la costumbre de Seryô de aceptar salir con cualquiera que se lo pide el lunes. A Shino le hace gracia y decide probar... y desde ese momento todo cambia para ellos. Además, como dato interesante en esta extraña ecuación, hay que resaltar que ambos protagonistas son completamente diferentes, por lo que verlos juntos en ver nítidamente la dualidad: donde uno es atento el otro es despistado, donde uno es serio el otro es distendido y alegre. En cierto modo da la sensación de que se complementan perfectamente, aún incluso cuando no hay nada (aparentemente) que les una (porque de primeras no podemos hablar de amor, ni siquiera de amistad). 
Además... solo tienen siete días para conocerse y enamorarse, en el caso de que ocurra así. Seryô es el único de los dos que se ha enamorado alguna vez, y por eso es él quien fija el plazo con tanta contundencia. Si en ese tiempo no se ha enamorado de la persona en cuestión, al llegar el final del plazo... le deja, sea quien sea. 



En este primer tomo solo se narran los cuatro primeros días de la semana, y ya es suficiente para encariñarse de los personajes. A mi, personalmente, me gusta más Seryô, porque me parece infinitamente tierno y vulnerable. (De hecho lo es, ya que a mediados del tomo se descubre el motivo por el cual siempre es así de serio y de perfeccionista, y cómo una relación le ha marcado de por vida...). Aunque también es cierto que sin Shino esta historia no tendría tanta gracia. Quizá otro tipo de personaje hubiera convertido la historia en un drama, pero con él, simplemente, es imposible que ocurra. Aunque al principio trata a Seryô simplemente como un amigo, con el paso de las horas y gracias a su ternura, se da cuenta de que podría enamorarse fácilmente de él. 

Pero, ¿podrá Shino enamorar a Seryô y hacer que la olvide a ella...? 
Y solo quedan tres días.

Escena favorita:

Sin duda, cuando Seryô decide dejar todo lo que cree importante... por Shino.

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