Serie: Midnight diner: Tokyo Stories

Midnight diner: Tokyo Stories

Los clientes de un restaurante japonés muy sencillo conectan estrechamente unos con otros tan solo por su pasión por el mismo plato.

Mi opinión:

Siguiendo las recomendaciones de Netflix (qué gran invento, por cierto) empecé a ver esta original y corta serie. Como muchos sabréis por otros post soy una gran aficionada a la cocina y al mundo nipón, así que a primera vista esta parecía la serie perfecta para una persona como yo ¿verdad?

Pues en cierta parte fue así, aunque por otro lado... esperaba otra cosa. No me ha decepcionado, entendedme, pero tenía la sensación de que las cosas se desarrollarían de otra manera.

Midnight diner: tokyo stories nos habla de un restaurante pequeño y familiar que abre desde medianoche hasta las siete de la mañana. No tiene un menú concreto, pues Master, como todos llaman al cocinero, prepara lo que el cliente quiera... siempre que tenga los ingredientes. Sin embargo, y aunque todo indica que va a ser una serie referente a la gastronomía... no es así, o al menos, no como imaginamos en un primer instante. La serie se desarrolla alrededor de determinados platos que piden sus clientes, pues cada uno tiene una historia que contar y que, curiosamente, está relacionado con dicho plato.

Los capítulos son cortos, de unos veinte minutos, siguiendo la trayectoria de los conocidos animes. En cada uno de ellos la historia cambia, por lo que nunca tendremos que seguir una única trama (aunque hubiera estado bien que, aunque fuera dando pequeñas pinceladas, nos contaran la historia del propio cocinero, del que no se sabe prácticamente nada). En estas pequeñas historias nos encontraremos absolutamente de todo: humor, drama social, dramas familiares, historias de amor normales y otras rocambolescas que irán retratando, poco a poco, la cara más cotidiana de la sociedad japonesa. (Y además, como dato curioso, tendremos la ocasión de ver el procedimiento culinario de algunos de los platos).

La serie siempre tiene lugar en el restaurante (o al menos gran parte), así que no tendremos muchas ocasiones de ver qué hay más allá de sus puertas. No obstante la calidez del lugar, y la bonita fotografía inicial es suficiente para transportarnos al Japón más real y vivo.

A mi la verdad es que es una serie que me ha entretenido bastante, Me he reído considerablemente con algunos capítulos (como el momento de la sandía terrorífica) y he llegado a llorar con otros (como en el de las chuletas de cerdo empanadas). Sí que es cierto que no es la mejor serie del mundo, pero cumple de sobra su objetivo: entretenernos.

Una buena opción si no tienes mucho tiempo para ver series.